MÚSICA EN LOS GENES: HIJOS DE IMPORTANTES MÚSICOS SE SUBEN AL ESCENARIO.
Son jóvenes, están empezando y sorprenden. Desde el fenómeno de Kudai hasta Micropop, la banda de los hijos de Eduardo Gatti, todos tienen algo en común: el oficio lo llevan en la sangre.
Por Matías Correa D.
Son siete artistas, todos herederos del oficio paterno. Sus nombres ya suenan hace rato en el ambiente musical. Algunos consagrados, a pesar de su corta edad, y otros debutando. Desde el fenómeno pop de Kudai hasta la vanguardia experimental, todos tienen algo en común: el oficio lo llevan en la sangre; y como ya sabemos, lo que se hereda no se hurta.
Gabriel y Manuel Gatti no se reconocen en el trabajo de Eduardo, su padre. "Pequeños detalles al tocar la guitarra me salen un poco a él, pero no hay influencia de su música en nuestro grupo", asume Manuel. Lo de él y su hermano es Micropop, banda que armaron hace seis meses y que están estrenando en sociedad.
"Queremos hacer bailar. Nuestra música es fiesta, pero también música para escuchar", señala Manuel y la idea la completa Gabriel: "Aspiramos a estar en el límite entre lo comercial y la calidad. Para nosotros lo más importante, sobre todas las cosas, es la canción".
No habían planeado hacer música juntos, esto se dio de manera natural. Gabriel cuenta entre risas: "Era divertido, Manuel creaba los temas en la casa, los grababa, me los mandaba por messenger a la oficina y me decía: "¿Qué opinái?" Yo le contestaba: "Está bueno esto, sácale esto otro". Así partió el grupo".
En Micropop, la guitarra y la voz están a cargo de Manuel, que también compone la mayor parte de su material. Gabriel está en el bajo y se ha hecho cargo de arreglar los temas. La banda la completan el baterista Sebastián Horta y el tecladista Daniel Baeza. Su planes son en grande: triunfar en Chile y hacer una carrera internacional. "Queremos jubilar como músicos".
¿Y por qué se llaman Micropop? "Porque tiene un pequeño aire a pop, conservando una esencia roquera. Además, la primera canción que hicimos se llama así", explica Manuel. Están en conversaciones con un sello para sacar un disco.
Pablo Holman se sube al escenario con Kudai y se escuchan cientos, miles de gritos adolescentes. Estos chicos no saben que su padre, Ernesto Holman, también ha pisado firme los escenarios: fue bajista de Congreso y en los '80 grabaría, junto a Joe Vasconcellos, por primera vez "Hijo del Sol Luminoso".
Mientras Ernesto está concentrado en la exploración de ritmos de raíz mapuche, Kudai ha vendido sobre las cincuenta mil copias de su disco debut produciendo el delirio de fans que lanzan ropa interior al escenario. Por algo, Pablo salió elegido por la revista mexicana "Notas Para Ti" - junto con Tomás, su compañero de banda- como uno de los más guapos del mundo de la música. Él se lo toma con calma, enfocándose en el tour nacional de "Vuelo" y en la internacionalización de la banda.
Fresa Parra, en busca de un camino propio
Fresa Parra creció en París entre baquetas y cuerdas de guitarra. Segunda hija de Eduardo Parra, vio nacer canciones como "Aconcagua" y "Sube a nacer conmigo hermano". Su infancia estuvo marcada por las giras de Los Jaivas y la explosión creativa que significaba estar en el corazón del movimiento hippie.
Hoy toca la batería en Uñas Negras, banda de rock experimental que armó con compañeros de la escuela de Arquitectura y Diseño de la Universidad Católica de Valparaíso. Tienen un disco editado de manera artesanal, que se realizó gracias a un Fondart, y ya suman varias actuaciones en distintos escenarios. Además, el grupo - que también integran Carlos Canales (guitarra) y Gonzalo Undurraga (teclados)- se ha "tomado" musicalmente el Paseo Yugoslavo y la Plaza de La Matriz.
Están en una búsqueda sonora que Fresa define como similar a la primera etapa de Los Jaivas. Incluso, cuando el año 2003 el grupo celebró sus cuarenta años de música en la Quinta Vergara, los Uñas Negras se subieron al escenario para emular este primer momento. Fresa advierte que por la época y formación de los integrantes, es muy difícil que sigan su huella y están construyendo un camino propio.
María Pizarro es actriz, al igual que su abuela Marés González (premio Nacional de Artes); pero después de dos años en las tablas, junto a la compañía Los Mendicantes, decidió tomar la guitarra y enfrentar al público desde la música siguiendo los pasos de su padre Matías Pizarro, compositor radicado en Francia. El año 2004 fue parte del disco que apoyó al Foro Social Chileno con "Reflejo", tema que firmó como Lamaría, y el 2005 estuvo en la obra de teatro "Rock". Allí estaba a cargo de la música en vivo que incluía versiones de "Venus for Furs", de Lou Reed, y "Return to Sender", de Elvis. Hoy está preparando su debut discográfico con el sello Santiago Records.
Mauricio Redolés es uno de los artistas más creativos de la escena nacional. Su hijo Sebastián se propuso no seguir sus pasos, pero hoy, inevitablemente, acompaña a su padre en el escenario.
Para Sebastián Redolés todo se ha dado de manera natural: cuenta que su primera vez en un escenario fue a los cinco años tocando flauta, que le dijo a Mauricio, su padre, que quería subir a tocar con él y no pensó que lo seguirían todos los niños del lugar, provocando un descalabro.
Sebastián tiene 17 años y un abultado curriculum. Grabó por primera vez en "¿Quién Mató a Gaete?" (1996), donde interviene en tres temas, teniendo un protagónico: es el niño que canta y golpea unos tarros al final del disco. También estuvo presente, en voces y percusión, en los siguientes trabajos del músico: "Bailables de Cueto Road" (1998), "Redolés en Shile" (2001) y el último, "12 Thomas".
Olivia Alarcón desde niña acompañaba a Raúl "Florcita Motuda" Alarcón a los recitales. A los diez años tuvo su primera guitarra y fue haciendo cancionesque corregía junto con su padre. Estudió dos años composición en la Universidad de Chile; hoy está a cargo de la batería en Golem y de la guitarra de Viage, proyecto que incluye a Edita Rojas, de Electrodomésticos, en la batería.
Golem está grabando las maquetas de su segundo disco, proceso al que Olivia se incorporará más adelante. Todavía tiene enyesados un pie y un brazo, secuelas que le dejó el accidente ocurrido el 6 de diciembre pasado cuando el bus en que viajaba junto a otros artistas cayera al río Maipo. A Olivia se le vio junto a su padre en el escenario de "Rojo Vip". Los acompañaba Lucas, su hermano menor.
¿Quién era el guitarrista que acompañó a Magdalena Matthey en los Carnavales Culturales de Valparaíso? Pocos lo saben: es Simón, quien ha trabajado como músico de sesión para diferentes artistas nacionales además de acompañar a Congreso en varias ocasiones.
A Simón González, sus padres, el Tilo y Mariela González, le escribieron una canción cuando niño: "El Patio de Simón", que Congreso publicó en 1983. Es una canción que, según dice, nunca le dejará de gustar y cada vez que la escucha se emociona. Estuvo en escena junto a ellos en el Festival del Huaso del 2003, a los pocos días de la muerte de Jaime Vivanco, momentos en que Congreso decidía su suerte. "Fue un momento fuerte, emotivo, cargado de cosas: yo creo que nadie lo va a olvidar. Fue doloroso pero lindo", recuerda.
Cuenta que el año '93, Paul McCartney lo tuvo en brazos durante la conferencia de prensa que dio en Santiago: era el único niño presente y Linda McCartney se enterneció, invitándolo al estrado. Hoy dimensiona aquella experiencia, dice que en ese momento solo estiraba los brazos y todo se dio de manera espontánea.
Desde el año pasado estudia guitarra en la Ecole Nationale de Musique en Pantin, cerca de París. Se encontró con Magdalena en diciembre. Quisieron hacer algo juntos y así fue como ambos se presentaron en los carnavales del puerto.
Todos estos jóvenes músicos y cantantes han heredado vocación y experiencia, les queda camino por recorrer y tienen conciencia que sobre ellos se tienden expectativas. Sin embargo, lejos de intimidarse se sienten impulsados a seguir con sus proyectos: habrá que estar atento para saber que pasa con esta segunda horneada de músicos.
Este artículo fue publicado en La Segunda el día 6 de febrero.
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