GEPE: "VIOLETA CANTABA MAL PERO ERA UNA REGIA CANTANTE"

Por Matías Correa
7 / 8 / 2006 5 PM
Podemos empezar por “Las últimas composiciones de Violeta Parra”, tengo entendido que es uno de tus discos preferidos.
Me pasa con ese disco que es como el punto de partida y el punto final de haber conocido a la Violeta. Es como “ya, escuché ese disco y después escuché los otros, los de atrás, y después volví a ese mismo”. Es como que llegué a ese disco porque obviamente es el menos folclórico, es como el que tiene una referencia mucho más universal. Y como mi forma de meterme al folclore nunca fue a partir del folclore mismo.
Yo partí así como en el folclore... como que vine un poco del folk americano y empecé a escuchar el folclore.
Por ahí leí que “Angelita Huenumán” de Víctor Jara te llevó al folclore.
Claro, de ahí, a partir de eso. Si yo antes del 2000 no escuchaba nada, si ni siquiera conocía a Víctor Jara. Entonces un día escuché la canción y me pareció hermosa. Y al tiro, el primer paso que di fue ir y escuchar a la Violeta y entenderlo y poder escucharlo bien. No como a partir de las cosas que te dicen en el colegio.
Entonces ese disco lo encontré hermoso. Después empecé a escuchar el “Canciones reencontradas en París” y ahí empecé a comprar todos los discos de la edición nueva de Warner que habían hecho, del año ’99. Y después empecé a encontrar otras cosas, eso del “Folclore y Chile”, cosas del sello EMI, y se convirtió en mi artista favorita.
¿Ella es hoy tu artista favorita?
Ella y Eduardo Mateo.
A mí, principalmente, lo que más me llama la atención de la Violeta Parra, siendo todo lo ortodoxa que es y siendo una de las columnas principales de lo que se llama Historia Musical de Chile; es como lo menos ortodoxa que hay y a la vez lo es.
¿Cómo es eso?
Ella ha recopilado un montón de cosas que desde el punto de vista técnico es súper rico. Fue con una grabadora, captó cual era las raíces, cuales eran las canciones, las tonadas, las letras y a partir de eso generó un material que, para mi gusto, no es folclore; es una música mucho más que parte del folclore pero se manifiesta de una manera mucho más personal, y eso a mí es lo que más me atrae. A mi no me interesa la música por la música. Me interesa la música por la historia que tiene, por el peso como la emocionalidad, por la cosa personal que tiene.
Aparte de mostrarte el sentimiento de una nación, en lo que tiene que ver con el folclore, te muestra lo que es la persona que lo está interpretando. Para mí la Violeta... imagínate tu, la personalidad de ella es muy fuerte entonces a través de su música uno puede entender lo que estaba pensando, que es lo que estaba sintiendo, y una de las cosas claves... ¿has visto tú el documental de la "Viola Chilensis"? Cuando una de las señoras le pregunta: “¿Oiga y a usted qué más le gusta? Pintar o...” y dijo “Lo qué más me gusta a mí es estar con la gente”.
Entonces ese es otro rasgo principal, si en el fondo para ella su misión o su fuerza de vida no era como ir y tener cien mil canciones recopiladas. A ella lo que le importaba era entender ¿qué onda la gente de Chile? ¿Cómo se manifiesta? ¿Qué es lo rico que tiene? No sé; lo interesante que se pueda rescatar de una idiosincrasia particular; eso.
No sé bien que decirte, porque por sobre todas las cosas me gusta el pelo que tiene. Me encanta, encuentro que es una mujer tan bonita, como súper atractiva.
Tu estás consciente que la Violeta, de alguna manera, es una desconocida en Chile. Me ha tocado conversar con personas para los que la Violeta no tiene nada de importante, ningún legado. Hay parte de la población en Chile que no tiene idea de ella.
O tiene idea y no le interesa, entonces como no hay interés se le borra.
Pero por otro lado hay una porción de la población que si la escucha detenidamente. Incluso Pablo Ugarte (UPA!) dijo en un momento que ella es la madre de todo lo que se hace en Chile a nivel musical.
Si, yo creo. Es que es el antecedente histórico, desconocido y todo, pero, más llamativo y más potente.
Es que tu, por ejemplo, escuchas "El gavilán" y dices ¿qué es eso? ¿De dónde se le ocurrió eso? Y era pura fuerza humana. En el fondo ella habrá aprendido arto de música pero eso brotó ochenta por ciento de experiencia personal o de fuerza, es una cosa incontrolable para ella.
O sea yo la considero genio de todas maneras, por esa cosa incontrolable que es como algo que de repente se puede atajar no más. Como ese ímpetu creador. Desbordaba tanta creatividad que, en el fondo, hacía de todo. En todo caso para mí las arpilleras son mucho más interesantes que los oleos. Pero es un asunto de que es un ser humano no más, que hace una cosa mejor que la otra, pero eso tomando como referencia su propia obra. Para mí las arpilleras son mejores que los óleos, pero los óleos son igual súper potentes.
Para mí, la Violeta es como la persona más potente que conozco, así como el chileno potente... no sé sí el más representativo porque... no sé. Pero me parece que es el chileno más inteligente de Chile. Eso esencialmente. Como el chileno más atractivo, como una persona muy interesante. Para mí los chilenos son súper interesantes. Sobre todo, lo que he dicho varias veces, eso de que ocupan el doble sentido y ocupan el triple sentido y el cuádruplo sentido. Como una tradición oral muy brígida. Podemos estar hablando así como en un cuarto nivel en que se pueden sobre entender muchas cosas. Lo que no pasa en otras culturas, en otros países, ni siquiera los argentinos. Los argentinos son como súper extravertidos y son muy simpáticos. Pero se diferencian de nosotros con eso, que nosotros somos mucho más para adentro y un pa’ adentro que implica muchos niveles de profundidad. Hasta en la persona más humilde, refiriéndome a nivel educacional.
¿Qué te parece que esta generación descubra a Violeta, así como del baúl de los recuerdos? Si bien en los colegios pasan “Volver a los 17” o “Gracias a la vida”. ¿Que te parece que ahora se redescubra?
Quizás por eso, porque yo tengo 24 años y cuando estaba en el colegio... en mi familia nunca nadie me habló de la Violeta Parra, nunca a nadie le interesó tampoco, pero lo que sí me pasaba era que me causaba rechazo porque era tan... no sé si rechazo pero sí “ya que fome”. Porque nadie me dijo que era lo que había que aprender de ahí. Nosotros, hablando quizá como la generación, lo tuvimos en el colegio y se nos borró. Pero ahora como concientemente tratamos de acceder a ella tenemos como una especie de piso inconsciente donde tenemos todo ese significado ahí.
El otro día estaba viendo un libro mío de primero básico o segundo básico en que salía “Maldigo del alto cielo”, la poesía, en el libro de castellano. Y dices ¡Chucha! Y es terrible ese poema, ósea esa canción, entonces como... en el fondo, cuando yo leí “La Metamorfosis” de Kafka. Lo leí como cuando súper chico y me cargó. Después lo encontré entretenido y después ya salido del colegio lo agarré bien y lo pude entender. Quizá un poco eso, como que tuve que tener un tiempo de poder digerirlo y volver voluntariamente al tema para poder comprenderlo y disfrutarlo, que es súper importante.
Yo cuando escuché "El gavilán” quedé impresionadísimo porque no puede ser que alguien haya hecho una cuestión así porque sí. ¿Con qué referente?
Y era música para ballet.
Si, eso dicen.
Tu estás recuperando ese tópico tradicional, por ejemplo en “No más”, como del “mientras canto los males espanto”.
Sí. Es que aparte de conocer a Violeta después me metí en todo lo que es el folclore. Empecé a cachar a la Gabriela Pizarro, al Víctor Jara para que decir... es que el Víctor Jara igual es otra cosa, como que para mí está muy determinado por una época. Pero gente que ha trascendido para mí es la Violeta, la Gabriela Pizarro, la Margot Loyola que es sequísima. No sé, ya más abajo y actual, al Osvaldo Jaque. Ese es el recopilador vivo chileno más importante que yo creo que hay.
Es seco, es como un viejo cascarrabias igual pero. Bueno típico, nadie lo pesca. Pero es seco, tiene un grupo folclórico... él dirige un grupo que se llama Paillal que es bien importante y tiene unos discos recopilatorios que se llaman “Tonadas de tierra”, que son un par de volúmenes. Yo tengo uno doble que el tipo tenía grabaciones de gente de no sé que región perdida de Chile del año ’56 hasta el año 2000. Entonces el tipo, a partir de todos esos años, empezó a ordenar las tonadas, porque eran puras tonadas. Entonces, él es tan así científico para el asunto, que clasifica: tonada oftalmológica, tonada oftalmológica extranjera, tonada oftalmológica nacional. Así, es increíble.
¿Tonada oftalmológica?
Es que sabes que un tópico grande de las tonadas en Chile son los ojos: los ojos negros, los ojos azules, los ojos del extranjero.
¿Y cómo incorporas esa información a tu trabajo? ¿Lo vas incorporando de manera consciente o inconsciente?
Consciente porque igual lo busco. Voy a la Discomanía que es la disquería de Chile más importante del folclore, que queda ahí en 21 de Mayo, a media cuadra de la Plaza de Armas: 21 de Mayo 361, la Galería 21 de Mayo. Ahí está todo: desde el conjunto Millaray que es, a mi gusto, el primer grupo urbano de folclore; donde estaba la Margot Loyola y todo, hasta cosas de ahora y tienen cosas pasadas de vinilo y todo.
Primero escuché el programa de la María Sánchez que se llama “Folclore centro...”, de la USACH. Ella tenía un programa que por cueva lo pillé. Me quedé en pana, votado no me acuerdo donde, entonces llamé a mi papá para que me fuera a buscar, fue hace un montón de años. Puse la radio y de repente en la radio USACH dijeron, una señora con una voz muy linda, que es la que tiene la María Sánchez, dijo “lo que van a escuchar ahora no lo van a poder escuchar en ningún lado porque la fuente es demasiado específica...” no se que explicación dio y puso algo que era como un villancico chilote, grabado con grabadora, de unas señoras perdidas en Dalcahue... o algo así. Increíble. Bueno después me compré ese disco. Y de ahí empecé a cachar que el folclore tenía una profundidad gigante y era una belleza así... como una cuestión tan sensible.
Bueno y ese es el lado inconsciente; y comenzó a transformarse el folclore en lo que más me gusta. Yo igual escucho harta música pero eso es lo que más me gusta, lejos.
¿Haces versiones de temas de la Violeta?
Los hago. Pero sabes que yo no se nada, ni una nota musical. Entonces toco así no más. La guitarra la ocupo con cinco cuerdas y afino en cualquier parte. Igual tengo una pura afinación pero una afinación transpuesta. Entonces de ahí saco las canciones. Tengo “Arriba quemando el sol”, “El palomo”, “Valentina”, “Santiago penando estás”.
“Valentina” y “Santiago penando estás” son de la que más me gustan.
Pura vanguardia. Hay un grupo de Nueva York, que es de ahora, que hace lo mismo: percusión y una voz que va flotando arriba. ¿Has escuchado la remezcla de Villalobos de “Santiago penando estás”? Es “Santiago penando estás” pero con un beat. Muy mínima. Apuró el beat de la canción. Muy hermoso.
En febrero fui a ver al Villalobos al Sun Deck, allá en Valparaíso, y puso la canción... increíble la versión. Es como mínimo, un beat. Y en el fondo la Violeta se presta para eso porque su obra es abierta. Entonces también tiene un lado genio: su obra que es abierta entonces cualquiera intentar hacer algo con eso.
Lo que dicen Cuti Aste y la Javiera Parra: si hoy estuviera viva la violeta haría folclore con electrónica. ¿Tu estás de acuerdo con eso?
Claro... o quizás ni siquiera haría música. Porque de repente a ella no le interesaba... o sea hay algo más grande que hacer música. Quizá sería, que sé yo, embajadora de no sé que en la ONU. Quizá imagino algo más grande si la gente que es genial no se puede limitar a un área. Entonces como que desde su desborde... bueno ella igual se desbordó hasta, no sé, sentimentalmente no se la pudo más. Pero si hubiera podido ordenar esas neurosis que tenía habría llegado a hacer algo grande.
¿Cuál te parece a ti que es el legado de Violeta? ¿Este legado evolucionará? ¿Seguirá adelante? ¿Se frenará? ¿La Violeta será reconocida no será reconocida como corresponde?
Es que también el asunto parte de un fenómeno mundial. Bob Dylan se escucha harto por parte de la generación más joven. Entonces como que todo el folclore se está reactualizando; y, más que eso, todo el trabajo artesanal se está reactualizando porque, por ejemplo, el otro día veía cuales eran los cinco diseñadores de ropa más importantes, o top, hoy día. Y son unas señoras de California que tejen todo a mano. Entonces hay una vuelta a ese trabajo íntimo como de la gente con la guitarra.
¿Y por qué habrá esa vuelta?
Porque la globalización te tira a una cosa fría y tu te tratas de cobijar un poco en esas cosas. Pero por ejemplo igual hay raves, hay Love Parade, esas cuestiones que son como de un inconsciente absoluto. En cambio está eso de escuchar a alguien la guitarra que es algo súper individual, súper personal, de uno solo o de a dos. Entonces están esos... yo creo que por esos diferentes fenómenos mundialmente se tiende a escuchar a más folclore.
Por ejemplo, el Eduardo Mateo, un uruguayo, es como el Violeta Parra de Uruguay. Que nadie lo pescó, el gallo se murió como el año ’90 votado en la calle porque era un mendigo. Seco, en todo caso, para tocar. Y nadie lo pescó hasta que el Drexler lo empezó a reactualizar. Y ahí todo el mundo haciendo covers y ahora hay hasta una calle que se llama así Eduardo Mateo. Entonces como que eso pasa en todos lados y está pasando acá también. Yo la primera persona que vi de nuestra generación que tomara a la Violeta fue la Javiera Mena. Bueno yo tenía un grupo de rock en ese momento, que también hacíamos folclore, que se llamaba Taller Dejao y así yo creo que se han ido sumando un montón de personas.
Pero es como un sentimiento global, no creo que haya sido como que alguien dijo “ya, voy a insistir en escuchar a la Violeta” entonces de ahí como que todo el mundo empezó a agarrarlo. No, yo creo como que cada uno empezó a buscar dentro de su país, dentro de su casa que estaba pasando. Y eso está pasando en todos los países.
Eso me parece que es l más importante y la Violeta es el referente más grande que hay, entonces todo el mundo recurre, por lo menos en primera instancia, a ella. Después profundiza. Porque yo creo que tan importante como ella es la Margot Loyola, incluso la Margot Loyola empezó a recopilar antes que la Violeta Parra.
Entonces yo insisto que lo de la Violeta Parra no es algo tan musical y técnico, ni científico, es algo que va mucho más allá que es como demostrar quienes son los chilenos. Los chilenos son inteligentes, no son solo gente apagada.
Desde tu punto de vista como músico ¿Qué es lo que tiene Violeta que nos arrastra a todos?
La honestidad yo creo. Mi canción favorita es “Run Run se fue pa’l norte”. Es puro desgarro pero desgarro honesto, no es como una búsqueda de... no tiene una pretensión, tiene un gusto por la verdad, una necesidad de ser tal cual no de ser tan grandilocuente. De repente uno escucha al Atahualpa Yupanqui o a gente argentinos o de la época y son así, en términos como “el cabestrero”... en términos épicos. En cambio la Violeto es como “yo”, “a mí me pasa esto”.
Este es mi dolor...
Claro, y no lo esconde con nada. “Maldigo del alto cielo” es la hueá más de verdad del mundo. Es increíble.
¿Y con tus amigos se juntan a escuchar a la Violeta?
No así como una cofradía y ponemos... no. Pero yo, por ejemplo cuando estoy escuchando a la Violeta no puedo hacer otra cosa, no puedo estar en el msn por ejemplo. No, tengo que estar ahí, escuchando, entendiendo que pasa, porque no puedes pasar desapercibido. Aparte que si lo escuchas al tiro, así como de oídas, suena medio feo. Por lo menos eso le pasa a mi mamá. En cambio si te sientas ahí y escuchas las décimas, el “Disco de las décimas” por ejemplo, escuchas la voz, que de repente casi se pone a llorar. Increíble.
Eso es lo que pasa, que el primer impacto con la Violeta es que canta mal.
Canta mal, pero es una regia cantante en cuanto a interpretación.
Si, es que hay que obsesionarse un poco para entender que pasa con la gente. No sé, Bob Dylan no me digas que canta muy bien: canta horrible y ahora si que canta pésimo; ahora si que llegó a un punto que es más o menos así como el hoyo. Entonces filo, es una cuestión de magia.
¿Hay cachado esa canción “Alulú”? Todas esas notas sostenidas que tiene... es que no sé que notas son pero como esas cosas como demasiado emocionante y es una cuestión que está en caleta de canciones pop. Coldplay, por ejemplo, ocupa caleta esos como estados de notas que como que no terminan. No ocupar estribillos, la Violeta Parra nunca hacía estribillos, eso se ocupa arto ahora. Los Coldplay, no sé si me gusta mucho ese grupo, pero encuentro que tiene la formula pop moderna muy clara: no hacer estribillos y tampoco hacer estrofas, sino hacer lo que está al medio. Como una estrofa emocionante que está como cortada. Como esa canción “Cloks”.
O esos discos de Los Jaivas, que son cinco, “La Vorágine”. ¡Son la raja! Ahí yo encontré tan importante a Los Jaivas como a la Violeta Parra porque ellos decían “si la música da lo mismo si en el fondo lo que importa es como un estado”. Por ejemplo ellos hacían música con plumavit... ¡y da lo mismo! Por ejemplo hay un concierto de la Violeta que se llama “en vivo en Ginebra” en que ella pone un tarro con fierros adentro. No importa nada. Es como los caballos van corriendo sacan la cabeza no más y como que tienes un motivo más grande que alcanzar y te llevar a todos contigo. Como que no importa que no sepas música si sientes lo que estás haciendo. Ser lo suficientemente elocuente para hablar de cualquier manera, por apuro. Como que te está invadiendo algo entonces tienes que sacarlo.
No sé si para la Violeta la música habrá sido una terapia pero me imagino que demás que le haya servido para sacar algo de sí. Entonces me imagino que ella sentía algo así como que tenía que vomitar algo y no importaba nada, no importaban las notas musicales. Por eso quizás nacieron canciones como “Santiago penando estás”. Aunque igual en la tradición mapuche o en las canciones religiosas del norte igual está eso del bombo y la voz. Pero no sé, quizás ella tomó eso como referencia y de alguna manera por conexiones inconscientes llegó a decir eso que estaba diciendo en las canciones. Y más que eso, poder llegar a crear ese ambiente. De que ella vestía así como de china campesina tocando el bombo gritando a grito pelado.
O cuando escuchas ese “en vivo en Ginebra” y empieza a hablar y tratar de explicarles a los suizos que onda. Al final dice “danz nacionale de chiliene” y empieza a cantar alguna cueca y siempre la explica antes.
Se dice que aprendió a hablar francés en seis meses.
Chucha... por la urgencia de comunicar. O cuando iba... no solamente en lo musical: cuando iba a exponer en el Louvre ella tubo una entrevista con el director del Louvre y el tipo le dijo: “ya, puedes exponer”, y la Violeta Parra... esto lo caché de Jorodowsky que era amigo de la Violeta Parra en ese tiempo. Y la Violeta le dijo: “oye Alejandro voy a exponer acá”. “A bacán, ¿y qué vas a mostrar?”. “No, no tengo nada”. ¡No tenía nada! Y los pintó no sé, por decírtelo en un mes.
Entonces esa urgencia, no depender de ningún elemento pa’ llegar a donde quieres llegar. Y puede llegar de maneras muy imperfectas pero si llega de manera honesta.
Esa urgencia tus la notas en los discos, una vez decías esto en una entrevista. ¿Cómo notas eso?
Porque como que el disco podría haber sonado muy distinto de cómo sonaba en ese momento de cómo habría sonado diez años o cinco años después. Pero como que tenía el momento plasmado ahí.
Porque la Violeta tenía esas canciones y las tenía que grabar. Y “Las últimas composiciones” las grabó con Alberto Zapicán, porque el Alberto Zapicán era una persona que, según lo que yo he leído, como que le gustaba un poco y era como su último amigo. Fue como su último amigo personal. Le ayudaba cuando estaba ahí en la carpa de La Reina. Entonces con lo que tenía en el paso iba haciendo algo, porque había un mensaje mucho más grande que comunicar.
Cuando me contabas eso me acordaba de Nirvana que ni siquiera ensayaba sus canciones y se metían en el estudio.
Y eso se convirtió en toda una modalidad, en toda una música aceptada: la música “Lo-Fi”... no sé, yo creo que tan famosos como los discos de Nirvana son los discos del lado B de Nirvana. Porque tenía esa hueá cruda ¡increíble!
Está también el paralelo en que la genialidad llega a su muerte adelantada.
Si, gran parte de la gente que tiene así la genialidad un poco ahí viviéndola como que no dan a vasto y como que se desesperan... no dan a vasto. Al Rodrigo Lira, a caleta de gente le ha pasado eso.
Uno podría llegar a odiar: ¿Por qué no llegaron hasta hoy día a entregarnos esa genialidad?
Porque la cuestión es incontrolable. En el fondo ocupaba lo creativo para darle una salida a su emotividad. No se como decirlo. Y por otro lado tenía como... ósea, por un lado yo creo que estaba subiendo en la neurosis, por decirlo de alguna manera, así como esa cuestión incontenible; y por otro lado un nivel de creatividad que te ayudaba a sacar lo malo que te podía esa cosa neurótica. Entonces en un momento la cuestión se le disparó mucho, como la cuestión nerviosa, y cagó. Como que en el fondo ¡qué le importaba seguir tocando! O qué le importaba su misión de recuperar música chilena... ¡da lo mismo esa hueá! Que se valla todo a la mierda si aquí lo único que importa es yo y importo yo estar bien ¡¿pa’ qué voy a mentir?!
Violeta vivió un momento histórico en Chile, pero su música es atemporal... ¿Cómo llegamos a eso?
¿Qué se sienta de esa manera? Porque... obviamente la explicación está en la genialidad pero, así hablando técnicamente... en que podría ser. Es que la música no tenía pretensiones de... primero no tenía pretensiones técnicas, daba lo mismo más o menos como se grabara, y que el fin era más grande que la música. O sea, como que los fines que tenía o el motivo para cantar estaban mucho más allá... eran extra musicales. Entonces yo creo que eso: cuando los sentimientos son así... los sentimientos por lo general son universales. No sé, es como hablar de los arquetipos, y tú hablas de un arquetipo que fue, no sé, creado por... relatado por primera vez por Homero, por decirte algo, ahora todavía funciona. Es algo de que son universales.
Se relacionan también con lo eterno, con lo permanente.
Claro, es como el inconsciente colectivo. Entonces yo creo que eso pasaba con la Violeta, que a ella no le interesaba tanto lo técnico sino que quería... ni siquiera lo quería, le salió así como ser tan humana, no querer archivar nada solamente querer dejar ahí plasmado una cosa y a la otra semana seguramente habrá grabado otras canciones, seguramente en un año más grabó otras canciones. Entonces como eso: la urgencia de plasmar algo, pero algo que es universal, un sentimiento como de... haber: si hablas de la tristeza es la misma tristeza es la de siempre.
Ella lo decía además...
Aparte de una manera muy estupenda.
Es que tal vez esa música, la de la Violeta, funciona de manera temporal y de manera atemporal.
Responde preguntas universales: dios, la familia...
“Los padres saben sentir”, es una cuestión que tiene que ver caleta como con los papás en el campo, así como la cuestión más conservadora. (cantando): “Los padres saben sentir cuando una hija...” Yo soy pésimo para aprenderme la letra pero como que habla que la hija se va y que tiene que casarse con otro tipo. Pero la melodía y todo eso es tan así otra cosa, como que en el fondo se agarra de datitos y arma una cuestión más grande. Pero es como de puro ímpetu, de pura fuerza, de pura capacidad de ser clara.
Quizá en ese tiempo mucha gente trató de recopilar una época y cachar cuál eran las raíces del folclore y todo... ella era una artista no más. De repente la gente que recopila que recopila no es artista, porque un poco que se anula ella misma para poder rescatar otras cosas.
De repente esa gente que hace música documental es como: “ya esta música es de Coquimbo del año 1804”. Y eso un poco se anula. Obviamente en la interpretación siempre hay algo personal pero siempre se mantiene dentro de un rango territorial, especial y temporal específico. En cambio en la Violeta no pasaba eso, que en el fondo ella tomaba el folclore o se empapó del folclore por todos lados y salió otra cosa; salió como música Violeta Parra no más.

Comentarios

Rodolfo García dijo…
te quedó bonita la entrevista,,,,buen blog, contundente,,,
saludos matías,
aquí el amigo del forno q alguna vez te prestó su acústica folk roja en la finis,,
Rodolfo
(ps, te linkée en mi blog)
xasco dijo…
Eso de escribir tal cual se habló todo le da un toque super especial...
Te felicitop.

En cuanto a gepe, creo que cuando lo escuché me gustó altiro, me gusta eso que logra en sus canciones, no se, como que me remueve algo y aunque mucha gente me diga que a veces no entienden o que encuentran sin sentido por ejemplo " estilo internacional" la letra, a mi me encanta, porque tiene un sello especial del gepe y demás que su volá experimental, asi creativa le gusta a un monton de gente como a mi...

denle los dos pa delante, excelente conversación se formó, un regalo para quienes leen...
saludos!!!
freddy chavez dijo…
¿Cómo puede existir tanta ignorancia y superficialiad en una persona de 24 años...?
debería dejar los espacios para otros que si hacen música, que estudian y se comprometen con la gente y con el arte desde un lugar sin egos...este tipo tiene mucho ego y piensa que el mundo se inventó con su nacimiento, a partir de lo que ha escuchado comentar....tiene un montón de impresiciones en su discurso y nada de profundidad...

Slds.
De Eduardo Mateo se dijo aquí...
"Y nadie lo pescó hasta que el Drexler lo empezó a reactualizar."
Esto evidencia una ignorancia que preocupa, y debe ser una llamada de atención. No puede tranquilizar a nadie el hecho de lo que se diga, quienquiera que sea, carezca de fundamentos, o acaso de un estudio mínimo antes de expresar una opinión acerca de cualquier cosa.
Por favor, cuidado.
Anónimo dijo…
Violeta no cantaba mal, era la tonalidad pura del folklore chileno, que caída más grande la de Gepe. Claramente Violeta signific´y significa el folklore autóctono!

Entradas populares