GUILLERMO RIFO: "VIOLETA PARRA HACE CANCIÓN CHILENA SIN APELLIDOS".

EL MAESTRO RIFO ES UNO DE LOS ARREGLADORES Y COMPOSITORES DE MÚSICA DOCTA MÁS RESPETADOS EN NUESTRO PAÍS. HA TRABAJADO CON LA SINFÓNICA JUVENIL ENTRE UN SINNUMERO DE PROYECTOS. HOY ES DIRECTOR ACADÉMICO EN LA ESCUELA MODERNA DE MÚSICA. EN ESTA CONVERSACIÓN DA SU VISIÓN DE LA MÚSICA DE VIOLETA PARRA. ADVIERTE SOBRE EL FUNDAMENTALISMO SEÑALANDO QUE LE HACE PÉSIMO AL ARTE.

Por Matías Correa

7 / 9 / 2006 10.45 AM

Se me ha dicho que Violeta Parra debiera enseñarse en las escuelas de música, debiera haber un ramo, debiera ser un tema troncal enseñar las anticuecas, enseñar "El Gavilán” porque no vamos a estar tocando para afuera jazz sino que tenemos que ofrecer de lo nuestro. Si bien se puede dejar de lado después hay que educar a los músicos chilenos con respecto a ese tema. ¿Cuál es su posición?

Yo considero que hacer una asignatura sólo sobre la Violeta Parra sería un poco injusto con Víctor Jara, con Patricio Manns y con mucha otra gente que ha hecho aportes a la música chilena a partir de la raíz folclórica.

Nosotros si lo hacemos pero no sólo con Violeta Parra. Usamos toda la... ahí estamos hablando de una época, ¿No es verdad?: con Violeta Parra, Víctor Jara...

Sin embargo Violeta Parra fue la precursora.

Yo diría que el valor que yo le asigno, independientemente de la belleza de las canciones de Violeta Parra, que a mí en lo personal me gustan casi todas, pero eso es una cosa mía. El gran valor que le asigno a Violeta Parra es que sacó el folclore chileno de una imagen como de la cueca y la tonada y Violeta Parra entonces hace canción chilena que es más que la cueca y la tonada, para mí. Canción chilena. Entonces, bajo ese punto de vista, indudablemente ella, supongo yo, porque no podemos consultarle que influenció a Víctor Jara: Víctor Jara también es una persona que hace canción chilena: Canción chilena: ni cuecas ni tonadas ni se disfraza de huaso. Porque, si somos honestos, ¿Quién tiene dinero para comprarse botas de huaso? Y un apero debe costar unas cuatrocientas lucas. Un campesino difícilmente tiene eso: usa su ropa habitual. Entonces como que esa foto de portada de la cueca y la tonada que también me gusta, el valor que le atribuyo musical a Violeta Parra, conciente o inconscientemente, ella hizo canción chilena. Con muchos aportes bajo el punto de vista de las canciones, que ahí están todas las canciones.

Ahora, si tomamos las anticuecas, de la cual algo conozco y no lo digo de manera irónica ni nada sino que algo conozco porque una vez yo orquesté sinfonicamente la “Anticueca n° 5”. No sé si estoy conforme con lo que hice pero para hacer eso tuve que entrar a conocerlas las anticuecas y yo creo que en las anticuecas de la Violeta Parra ella incursionó consciente o inconscientemente, porque no tiene ninguna importancia eso, en un terreno que le hace penetrar no sabiendo teóricamente música a un mundo de una música más reflexiva, más desarrollada y el mérito es que sin tener tal vez, porque no lo se, los conocimientos teóricos musicales lo cual la pone a ella en un nivel superior a muchos músicos chilenos que piensan que a veces porque uno sabe más música, más conocimientos teóricos, es más músico. Yo no creo en eso. Yo creo que los que tienen más conocimientos teóricos saben sobre teoría de la música. Pero no significa que sean necesariamente tan creativos. Por eso que yo valoro a Violeta Parra, porque con lo que ella sabía con las vivencias, lo cual habla de una mujer con mucha sensibilidad social también, que no significa ni ser de derecha ni de izquierda ni de nada, sino que significa saber observar con la mente, con los ojos, con los oídos y el corazón abierto. Y eso, sumado a la genialidad de ella, hizo todo lo que ella hizo.

Entonces indudablemente que bajo ese punto de vista si la Violeta Parra es importante para toda la música de fusión que se ha hecho después. Yo diría que ella fusionó cosas: ella tiene joropos, tiene huanitos, tiene canciones, tiene... pero todo suena chileno porque la temática es nacional.

¿Pero ustedes tienen en la maya curricular enseñar la “Anticueca n° 5”, la 2...?

No. Se pasan en el ramo de historia. Se estudian las anticuecas, se oyen como un movimiento. No solo las anticuecas. En la asignatura de composición se analizan las canciones de Violeta Parra. Lo mismo el análisis de la música popular. Y se analiza a Violeta Parra, obviamente.

¿Pero se compone en estilo Violeta Parra?

Se hacen transcripciones y se hace lo que es una especie de cover, digamos, Se compone sobre ese modelo como con muchos otros. ¿Me entiendes? De la música popular.

Entonces eso para nosotros no es nada... Es decir: estudiar canciones de la Violeta Parra y estudiar el aporte en la historia de la música popular para nosotros es como obvio. Es que es así, como con tantos otros.

¿Por qué se me ha dicho tantas veces, repetidamente, que a la Violeta Parra no se le reconoce como se le debiera reconocer en este país?

Yo creo que es un error de... es un error. Para mí es un error porque yo la reconozco, incluso yo hice uno de los primeros arreglos de “Gracias a la vida” en la Dictadura Militar y para tocarlo tuvimos que pedir permiso a la intendencia de Santiago.

¿Dónde fue eso?

En el conjunto Hindemith 76, el ’76.

El conjunto se llamaba Hindemith 76 porque era un derivado del quinteto de vientos de cámara Hindemith. El nombre Hindemith del compositor. Y le agregamos un bajo, una batería y un vibráfono que tocaba yo y hacíamos música mía, música de Nino García, Adolfo Flores y yo me acuerdo patente de eso: Para poder tocar un arreglo de “Gracias a la vida” en un concierto que se hizo en el Teatro Ibm, que era el teatro... el ex de Silvia Piñeiro en Tarapacá, lo que es hoy día el Normandie, en la misma sala. Tuvimos que pedir permiso a la intendencia. Por eso sé todos estos detalles.

Pero eso era en la Dictadura Militar. Yo diría que hoy día la Violeta Parra está más que reconocida por todos, por moros y cristianos digamos. No creo que no se le reconozca. O sea habría que ser francamente imbécil y una persona con media uña de frente para no reconocer el aporte de Violeta Parra ¿Me entiendes? O sea no hay que ser tan inteligente pa’ eso.

¿Pero qué pasa con la fundación Violeta Parra que no tiene una dirección, no tienen un domicilio?

Yo creo que porque talvez... Ahora sobre ese tema no sabría decirte porque yo me manejo más en el mundo de la música práctica: lo académico en lo popular.

Me ha tocado estar con la Legua York, con otros hiphoperos de la Villa Francia. Gente que está en hip hop y reconoce a Violeta como una de sus raíces fundamentales. Incluso hacen covers de ella, unos covers muy interesante. Incluso hay un disco del Álvaro Henríquez con covers de la Violeta en punk. ¿Por qué pasa eso? ¿Por qué la gente joven se reconoce en ella y en estilos tan disímiles?

Mira, pa' opinión mía es que ella hace canción chilena. Ella hace canción chilena.

¿Fundamentalmente por eso?

Uno de los factores es ese. Y por las letras de ella si son... Claro, yo no creo que uno entienda las letras de buenas a primeras. A lo mejor si, a lo mejor es un problema mío que a veces me voy a la letra a algunos trozos. Pero yo pienso que es fundamentalmente hace canción chilena, sin apellido, y la gente lo que a veces no pesca mucho por el rechazo a la postal de baile, de la cueca, del huaso, del traje, que es difícil; yo no creo que tu tengas un traje de huaso en tu casa, yo tampoco tengo pero vivo en Chile y me gusta la música chilena. No por ello me deja de agradar. Entonces yo veo que la Violeta además tiene el mérito que hizo canción sin apellido y que tiene toda la raíz del folclore. La raíz, del folclore.

¿Y por qué algunos músicos me dicen que les suena a rock? "El gavilán”, el “Santo padre” les suena a rock.

Si tú le pones los instrumentos del rock te va a sonar rock. Si el “Casamiento de negros” tú le haces una base rockera te va a sonar rock.

A cualquier cosa, una cueca también.

A cualquier cosa en realidad. Si po, obvio: tú puedes hacer hasta las cuecas más tradicionales.

Hay una versión de no me acuerdo de quién del “Guatón Loyola”, que es una versión antigua, rockera... tengo el nombre de la banda en la punta de la lengua: la cantante se presentaba a pie pelado. Los conozco a ellos, no me acuerdo el nombre ahora; era fantástica y te estoy hablando de hace 15 o 20 años atrás.

¿Habrán sido los Sol y Medianoche?

Podría haber sido fíjate, sí. Porque no son mis otros conocidos que están en Alerce... Sol y Lluvia puede ser... o Sol y Lluvia o Sol y Medianoche, por ahí.

Ellos han usado eso y lo hacen muy bien. Además ellos usan instrumentos étnicos: unas baterías con kultrunes y todo eso. O sea, esto no es en el fondo nuevo, esto está pasando hace treinta años, fácil, y más también. Es un movimiento. Lo que pasa es que queda tan bien decir que estamos mal, que no se reconoce algo y no es así. Porque si no se reconociera a la Violeta Parra nadie la conocería y la conocemos todos: moros y cristianos ¿Me entiendes?

Claro, ahora yo pienso: hay gente que le gustará y otros que no le gusta. Obvio. Que me guste a mi no significa que tenga que gustarle a todos. Que a mí me guste Víctor Jara no tiene que agradarle a todos.

Sin embargo hay un sector de la población que no conoce a la Violeta, que tienen incluso ciertas...

Pero es un sector de la población me dices tú, pero ¿De qué sector hablamos?

Profesionales jóvenes.

Claro porque la ignorancia, a veces, de las clases acomodadas... Si yo pongo a mi hijo en el Nido de Águila o en un colegio donde se hable sólo inglés y la cultura que ese niño recibe desde los 6 años es de Inglaterra, Europa, Estados Unidos, obviamente no va a conocer a la Violeta Parra y obviamente, recogiendo eso, que tu “profesional joven” que salió de un colegio inglés, donde todo se habla en inglés, obviamente el profesor de música nunca osó a hablarle de la Violeta Parra, mucho menos de Víctor Jara, mucho menos del Pato Manns, mucho menos de Rolando Alarcón y mucho menos de la ¡qué sé yo! ¡Por supuesto que no! ¡Obvio! Sabrán de rock y de eso... y cantan en inglés. Pero eso es un desastre cultural que produce la gente de algunas clases muy acomodadas en Chile. Lo cual yo considero una estupidez educacional, una falta de tino, de criterio, de ubicación socio cultural del porte de un buque con tu cultura. Es decir: con tu cultura no porque la cultura de ellos es esa.
Cambiando de tema, usted me dijo que una vez había trabajado con la “Anticueca n°5”.

Claro, la orquesté y la grabamos con la sinfónica nacional juvenil. El ’96 sería.

¿Ese registro existe?

Claro, no me preguntes dónde. Te lo puedo conseguir, debería tenerlo yo: no sé si está en cassette o en compaq. Si me parece que está en un disco que se llama “Homenaje al Músico Chileno” donde gravé también ahí la “Suite Latinoamericana” de Advis y otras obras... y la “Sinfonía Democrática” de Nino García, la anticueca... si, si me acuerdo. Te tendría que conseguir ese disco. Te lo voy a conseguir con Claudio Pavez de la fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles.

¿En el ambiente de las composiciones clásico se hacen arreglos sobre la música de Violeta Parra?

En el ambiente más de música de cámara no sabría decirte. A ver, yo creo que “Gracias a la vida” se han hecho cinco millones de arreglos, pero no sé si se está haciendo tan a menudo. Aunque a veces veo que conjuntos de cámara tocan “Volver a los 17” o el “Casamiento de negros”... Hay otras cosas tan bonitas de ella pero no sé si lo están haciendo, ahí tengo una duda.

Pero se ha hecho.

Sí claro. Se ha incorporado digamos...

¿Y por qué se han incorporado?

Yo creo que se ha incorporado porque el que dirige un grupo o el que dirige una orquesta quiere hacerlo. En el caso de la juvenil esa vez se daba la casualidad que yo en esa época me llamaron para hacer un disco con la Sinfónica Nacional Juvenil o yo era director de la Sinfónica... no me acuerdo bien, porque yo fui director de la juvenil como un año o año y medio y en ese año hicimos harta música chilena.

Yo lo hice porque me gustaban las anticuecas no más. O sea, si hubiera dependido de mi yo habría hecho las 5 anticuecas. Es decir: todas las anticuecas para sinfónica. Y no lo hago ahora porque no he tenido el tiempo, no se me ha ocurrido hacerlo... es decir: no he tenido el tiempo. Pero de repente me largo; o sea se da por...

Ahora sé a donde iba el fondo de tu pregunta: se da por reacción espontánea de alguien en realidad, no a veces por un proyecto de hacer cosas de la Violeta Parra sinfonicamente hablando o en cámara.

No es por deber.

No es por un deber, no sé si la palabra es deber.

O una deuda pendiente...

Claro.

Ahora para el gusto mío la Violeta Parra... ahora tampoco soy un gran auditor de radio, creo que se toca poco: se toca poco a ella. Se tocan siempre versiones, arreglos, pero a ella tal vez en algún programa de folclore de los días domingos de la radio de la Chile, de la Radio Usach, son muy pocos los reductos que quedan que yo conozca.

¿Y esto por qué?

Yo creo que porque talvez algunos folcloristas, creo yo... Mira: toda cosa, hay algunos estilos de la música que se ponen muy dogmáticos o fundamentalistas; y generalmente los fundamentalistas le hacen un inmenso daño a la música que ellos creen defender. Pasa en todas las músicas: en el jazz, en el folclore, en la raíz folclórica, en la fusión, en el rock, en lo popular, en lo clásico: entonces es como decir: “yo soy de este lado y este lado es así”. Entonces el fundamentalismo es pésimo en el arte.

Lo momifica.

Claro, lo cristaliza. Yo creo que la música es una sola, una sola, y ahí tiene que convivir lo popular, el rock, el folclore, los clásicos, los de vanguardia, los de retaguardia: la música es una. No hay diferentes tipos de música, a mí me carga eso: la música es música. Si el gallo sabe música, es decir sabe teoría: no sé. La música se oye, la música es percibida por el ser humano por percepción auditiva.

¿En el caso de Violeta?

Yo creo que se toca poco por ignorancia de los que programas, por falta de conocimiento, por falta de criterio en el fondo. Porque hace falta un criterio también pues, claro: hace falta un criterio. Y talvez porque hay mucha música en Chile; y por último, a lo mejor, porque el que hace el programa no le gusta la Violeta Parra y ni siquiera es un criterio, es gusto.

La canción “Gracias a la vida” fue elegida por un jurado como la canción más importante del Siglo XX. ¿Qué le parece a usted? ¿Tiene mérito esa canción? ¿Por qué puede ser la canción más importante del Siglo XX? Aunque elegir la canción más importante del Siglo XX resulta extraño.

(Risas) Si, el título es como muy taxativo como muy impositivo. Digamos: la canción del Siglo XX. Hay muchas canciones chilenas en el Siglo XX bellas en realidad.

Claro, ¿Pero qué tiene esa canción en particular?

A ver... partamos por la letra: yo creo que el texto del “Gracias a la vida” es un texto de alabanza al hecho de estar vivo. Es una alabanza a las cosas que tú tienes, que tenemos todos, que tengo yo para estar vivo y muchas veces no nos damos cuenta: tenemos ojos y a veces no sabemos mirar, tenemos oídos y no sabemos escuchar, tenemos el corazón y así. La canción de la Violeta habla de todo eso, pero no el “Gracias a la vida que me ha dado tanto” en el sentido de, yo lo veo así al menos, que me ha dado dinero, que me ha dado el computador o un auto. No: que me ha dado cosas para desarrollarme: me dio los pies cansados que recorro, que camino: me dio todo.

Yo creo que esa letra, con ese sentido, que yo sepa... Yo tampoco soy un hombre muy instruido ni nada que se le parezca: soy músico no más que trato de aprender en el día a día no más y me gusta todo, la historia y todo; pero no sé que se haya escrito otra letra tan verdadera como esa. Yo además tuve el honor de ser uno de los primeros que escuchó esa canción porque yo era compañero de la Isabel Parra, estudiábamos juntos en el Instituto de Estudios Secundarios de la Universidad de Chile, el ’63, ’62 o ’60 y la Violeta Parra fue más de una vez a darnos charlas a nosotros que éramos unos sátrapas ahí que nos portábamos pésimo. Adolescentes de 15 años que sé yo... Y ella cantaba con su charango a veces un cuatro, que sé yo, y ese es otra. Bueno, ya te voy a hablar de eso. Yo creo que la letra ya era única, ya es única. No he escuchado otra.

Ahora, en cuanto al estilo de música del “Gracias a la vida” es una canción, te vuelvo a repetir: no es una tonada, no es una cueca, no es una sirilla, no es una refalosa: es una canción. En algunos octavos, porque está en seis, de repente en cinco.

Jorge Gajardo, charanguista del Bafona, me dijo que podía ser una pericona lenta.

Claro, puedes ponerle nombres, pero una pericona formal no es.

Sin estar en contra del charanguista, del colega, por supuesto que no, pero para mí siempre fue una canción. Entonces, como al principio de la entrevista, uno de los grandes méritos de la Violeta Parra es acercar además instrumentos poco comunes en la zona central: el cuatro que es venezolano, el charango que es del altiplano: o sea son cosas que ella incorporó consciente o inconscientemente a un amor a su cultura. Y ese es otro valor. Si tú conoces las canciones de la Violeta Parra empiezas a amar tu cultura. Tu cultura: tu entorno. Si yo te tengo ahí un kultrún y unas cosas es porque de repente toco esas cosas, ósea no los tengo de adornos en la muralla, porque es ridículo tener a veces instrumentos de adorno en la muralla: es porque los usamos acá; y pifilcas y que sé yo que, es porque uno usa a veces para dar una... y eso es otro mérito.

Entonces yo pienso, que si bien es cierto la pregunta tuya el “Gracias a la vida” me parece bien sí: es una canción importante y se merece el título. Hay otras muy bellas, pero esa es como una cosa que te... No sé, es que a mí me gusta la Violeta Parra. Entonces yo escucho el “Gracias a la vida” en la versión de ella y me subyuga, me transporta, me hace bien, me produce emoción. Me hace bien reconocer que pasamos alegando y no nos damos cuenta que tenemos ojos, que tenemos manos, que tenemos pies, que ¡Pucha madre!

Eso, entonces sí: yo creo que se merece el título de la mejor canción.

¿Usted la conoció personalmente?

Sí, esas dos o tres veces: sí claro. Pude decirle hola.

Y otra vez cuando yo, siendo percusionista, grabé con... Una vez Sergio Ortega hizo un arreglo para... Mira, debe e haber sido el sesenta y algo y Sergio Ortega me necesitó para unas grabaciones en la RCA Víctor y de grabó la versión de “Santiago penando estás”.

¿La versión original?

No sé, tengo una duda porque grabamos varias cosas de la Violeta pero que me parece que iba a cantar Isabel. Te estoy hablando del ’64 o ’65.

Pero son versiones orquestadas.

No, eran unas cosas que estaba haciendo Sergio con la Isabel Parra, y la Violeta estaba ahí. Estaban en la caseta de control dirigiendo y estuvo todo el rato la Violeta tejiendo sus cosas y de repente daba alguna opinión. Y me acuerdo que una de las cosas que hicimos era el “Santiago penando estás”.

No sé que versión era. Le voy a preguntar a la Isabel un día. Porque de eso me recuerdo patente que era eso entre otras cosas. Le voy a preguntar si es que ella se acuerda.

Pero yo me acuerdo patente: estudios RCA Víctor, las dos o tres de la mañana porque empezamos a las diez y media y eso fue hasta las cuatro o cinco. En el estudio la Isabel estaba en algo, no me acuerdo, y la Violeta, de eso si me acuerdo porque la Violeta Parra: yo veía a la Violeta Parra y me quedaba así como que llegó no sé... En el control, separado de un vidrio estaba tejiendo unas cosas. Son recuerdos imborrables así de... Me acuerdo patente de eso. Le voy a consultar a la Isabel.

Comentarios

Que buena entrevista, me gustó mucho...

tengo si una consulta, el disco de Alvaro Henriquez que se menciona, dónde lo puedo ubicar? he escuchado tributos punk a la gran Viola querida, pero no precisamente del maestro Henriquez

Un gran abrazo y gracias por compartir estos escritos
Unknown dijo…
Matías, muchas gracias. Esta estrevista al gran Maestro Guillermo Rifo tiene un valor incalculable. Ojalá muchos músicos se empapen de sus palabras y compartan el sentimiento de la música como una sola, expresada en diferentes matices y estilos. Seguramente, el gran Maestro Fernando Rosas, a quien hoy Chile saluda por su partida de esta vida, también sintió así. Un abrazo a estos grandes Maestros de Chile, gracias por sus obras, por la sensibilidad, por la humildad, por su honestidad, por su valor, por su amor.

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