RULO: "CANTAR A LA VIOLETA ES DIFICIL, ES COMO APRENDER UN LENGUAJE".
Por Matías Correa
Con David Eldestein, más conocido como Rulo, nos ubicamos desde la época escolar, algunos amigos
en común, algunas fiestas, algún guitarreo a orilla de la playa. Fue un poco
antes de que la fama de su banda Los Tetas explotara haciendo bailar a toda una
generación al ritmo del funk. Con el paso del tiempo fui viendo como su trabajo evolucionaba
paulatinamente a una búsqueda más conectada con Latinoamérica. Hace algunos veranos lo presenté en una rueda de músicos en un escenario de micrófono abierto en un bar de la comuna
de Providencia, cuando apareció en forma inesperada mostrando "una nueva veta
que estaba explorando": los valses peruanos. Trabajo que a los pocos meses desembocaría
en su aplaudido disco “Vendaval” (2016). Aunque para ser justos, este camino musical lleva ya muchos años y lo ha
llevado a contactarse con la cueca y las tradiciones musicales de Chile
profundo.
Lleva un tiempo viviendo en México, donde hoy toca en la
banda de Mon Laferte, la cantante más popular de nuestro país; por eso fue sorpresivo encontrarnos hace un par de semanas en una esquina, pasaría unos pocos días en Santiago. Nos saludamos y le
ofrecí llevarlo con su carga de equipaje para acercarlo al Metro, le conté que
estaba realizando esta investigación sobre Violeta Parra y con entusiasmo tomó
la conversación.
Me contó que está leyendo el libro de las décimas autobiográficas de la
Violeta pero que “no las ha terminado. Estoy empezando a ver la biografía de la
Violeta.”
¿POR QUÉ ESTÁS INTERESADO EN LA VIOLETA?
Es un personaje que está omnipresente: mi mamá cantaba
Violeta Parra; en el colegio también, yo estaba en el Francisco Miranda,
también siempre. Pero últimamente se me ha despertado un interés más genuino en
empezar a investigar más su obra. Grabé un par de versiones de “El Rin del
Angelito” y “Que pena siente el alma” hace un par de años. Pero claro, mi
interés por la música más popular ha venido desde las cuecas: más desde Los
Chileneros, la cueca centrina, la cueca brava.
También yo creo que tiene que ver con lo que pasó, con el
estallido social hemos tenido que volver a esos autores: a Víctor Jara. En una
época estuve escuchando mucho a Víctor, sacando sus canciones, pero no me había
pasado con la Violeta. Ahora estoy empezando a meterme en ese mundo, pero es un
mundo… hay mucho que explorar.
PASA QUE LA VIOLETA ES UNA ESPECIE DE AGUJERO NEGRO.
¡Si! ¡Totalmente!
PARA ERNESTO HOLMAN LA VIOLETA DEFINE AL CHILENO.
De más, estoy de acuerdo.
PERO IGUAL UNO SE DEMORA EN LLEGAR A ELLA. ¿POR QUÉ PASARÁ
ESO?
Es que bueno… en lo personal también he tenido mucha
influencia de la música afroamericana. Recién estos últimos años me he
interesado en la música chilena, eso de a poco me ha ido llevando hacia esa
raíz. Pero claro, la Violeta ha sido una suerte de traductora para todos
nosotros de una raíz que es mucho más grande. Ella con su trabajo de
recopilación al final se juntó todo en una personalidad, ella es casi como la
representante de muchas músicas.
…COMO UN ICEBERG.
Claro, exacto. Tengo por ejemplo unos amigos, Los Dos
Maulinos, que también hacen un trabajo de investigación con las cantoras y
cantores del canto a lo divino, por la zona del Maule, que lo recopilan: hacen
un poco ese mismo trabajo. Hablando con ellos me he dado cuenta, por lo que
cuentan y las canciones que cantan que hay un mundo, está lleno de mundos en
todo Chile: mundos musicales con una tradición gigante y está todo muy
escondido. Da la sensación que en todos lados hay que escarbar para encontrar
las cosas. Incluso la misma cueca brava, que ahora es más popular; pero no es
algo que como que todos… no sé, tu vas a Brasil y todos se saben una samba y
todos tocan pandero. Acá no es tan transversal.
NO ESTÁ SONANDO EN LAS RADIOS…
Claro, no se toca en cualquier casa, no es que te digan “!cántate
una cueca!” Ni siquiera los músicos. Es raro que un músico de otro estilo se
sepa una cueca. A mi me ha pasado toda la vida: yo hace pocos años que me
aprendí cuecas y me dio una sensación de identidad súper potente porque… de
hecho he ido por otras razones tocando a Estados Unidos, he estado en un
carrete con gente de allá, de pronto me toco una cueca y la gente queda super
extrañada porque es una música muy extraña. O sea si la dejai afuera… el ritmo.
Es como difícil de entender. Sobre todo en este mundo en que estamos
acostumbrados al 4/4, a todas esas métricas más binarias, uno toca una cosa así
más ternaria y todos como que quedan descolocados.
ADEMÁS QUE EL LENGUAJE EN QUE HAY UNA MIXTURA DE LO ÁRABE
CON LO MAPUCHE.
Exacto, bueno esa cuestión de lo árabe es impresionante.
LA VIOLETA COMO INTERPRETE DE CUECAS, ¿A TI QUE TE PRODUCE?
Es que claro, yo creo que la Violeta hace un género en si
mismo: las cuecas de la Violeta.
¿CÓMO ASÍ?
He estado acostumbrado a escuchar las cuecas bravas y claro,
la manera de interpretar que tiene la Violeta sus propias cuecas son como muy de
ellas: muy particulares. Es lo que pasa también con Roberto Parra: la cueca
chora, que es diferente a la cueca brava: no se canta siempre a dos voces, es
como otro sonido, también es como un tipo de cueca en si mismo, un estilo.
Es un vals, yo lo toqué como vals peruano pero es una
especie de vals.
¿POR QUÉ ELEGISTE ESE TEMA?
Yo estaba bien metido en el vals peruano y me recordó un
poco ese lenguaje. El “Rin del Angelito” lo hice… grabé unas versiones, fue
casi como un ejercicio. Me di cuenta que era muy difícil cantar a la Violeta.
¿DÓNDE ESTÁ LA DIFICULTAD?
Yo creo que en la interpretación. Me costó grabar las voces.
No es una interpretación sencilla: recuerdo que no fue fácil grabar esas voces
y encontrar el tono: tiene una profundidad y una fuerza que no se logra asó no
más. Ese tono de expresión, de interpretación: de lograr transmitir algo
profundo. No es fácil llegar así no más: es como aprender un lenguaje. No es
como llegar con cualquier canción y cantarla: hay que meterse en el lenguaje y
escarbar ahí.
PASA CON LA VIOLETA QUE SU VOZ PUEDE SER MUY IRRITANTE SIN
EMBARGO SE LE CONSIDERA UNA GRAN INTERPRETE. ¿POR QUÉ OCURRE ESO DESDE TU
OPINIÓN?
Si, interesante eso. Lo que pasa es que algunas voces de una
manera muy misteriosa tocan fibras y a veces da lo mismo que suenen bonitas,
muchas veces pasa que las voces muy arregladas y muy bellas no producen nada.
No siempre, pero ciertas voces… eso lo encuentro muy misterioso, es una cosa…
no sé como explicarlo. No sé si son ciertos armónicos que producen que… pero
algo pasa con ciertos timbres y ciertas maneras de cantar que uno aunque no
quiera o no le guste mucho como suena produce cosas. Eso es muy loco, porque
ocurre.
A mi me pasó con Mon Laferte, de hecho cuando yo la descubrí
no la conocía y me pasaba que ni siquiera me gustaban tanto los temas pero me
daban ganas de llorar. No lo podía evitar. ¡Es muy loco! Ahora estoy tocando
con ella y entiendo este fenómeno… o sea, veo ese fenómeno, que algo pasa con
su voz, con su interpretación, algo le traspasa a la gente.
Con la Violeta yo creo que pasa algo parecido. De hecho hay
mucha gente que no le gusta como suena su voz, pero claro: te trasmite algo ancestral,
muy profundo, de la tierra.
HAY UNA IDOLATRÍA SOBRE LA VIOLETA: ¿CUÁL ES TU MIRADA SOBRE
ESE FENÓMENO? QUE A VECES ES BUENO Y A VECES ES MALO.
Lo malo hace que en alguna gente se cree un rechazo, porque
se transforma en un lugar común, entonces uno termina conociendo solo lo típico
y se está perdiendo un mundo gigante que también está más oculto. Produce a
veces un prejuicio. Pero es difícil que no ocurran esas cosas con artistas que
son tan importantes porque pasan los años y lo mismo que pasa con Víctor Jara:
ocurre un estallido social y todos vuelven a él, a Violeta Parra. Es imposible
no pasar por ahí. Es inevitable al final.
HUBO UN JURADO DE NOTABLES, EL AÑO 1999, QUE ELIGIÓ LA
CANCIÓN MÁS IMPORTANTE DEL SIGLO XX EN CHILE Y ESTA FUE “GRACIAS A LA VIDA”.
¿QUÉ OPINIÓN TE MERECE ESA ANÉCDOTA?
A mi en lo personal no me gustan ese tipo de elecciones:
como los más, la mejor… las encuentro un poco aburrida, muy de la cultura
gringa, así como de lo winners o lo de hacer rankings, nunca me han gustado.
Pero encuentro que la trascendencia de esa canción es totalmente… o sea estoy
de acuerdo igual. La pondría en ese lugar.
Es que es universal, es demasiado universal. El mensaje, la
poesía que tiene, es un himno universal. Está dentro de los himnos universales.
O sea, hay muchos himnos universales.
¿QUÉ OTRO HIMNO UNIVERSAL VIENE A TU MENTE?
No sé… el “Himno de la Alegría”, cosas así, medio cliché;
pero son canciones que se conocen en todo el mundo y todo el mundo las canta.
Para cualquier persona en cualquier parte del mundo puede tener un significado
igual. De hecho “Gracias a la vida” se
canta en un montón de idiomas. El otro día vi una entrevista a una cantante
europea, no sé si era alemana, que básicamente había basado su carrera en la
versión que hacía de “Gracias a la vida”. Y era como su hit más importante, y
en su país era muy famosa su versión. Era una traducción. Debe pasar en muchos
lugares.
Justamente hace algunas noches estábamos escuchando un disco
de una cantante italiana que tenía puras interpretaciones de Violeta. Muy
interesante y muy buenas interpretaciones. El disco venía con texto y hablaba
de cada canción. Y decía: “cuando estuve en Nashville, ‘Santiago penando estás’
(creo que decía ese tema), me recordó a Jonnhy Cash y revivió en una forma
cercana a ese estilo de música: country”. Y después con otra canción en otro
lugar del mundo revivía a Violeta pero para ella.
Yo creo que también pasa porque la música de raíz está super
emparentada. La música de Eslovenia y la cueca están emparentadas, a pesar de
que puedan ser muy diferentes. Hay una raíz común en la música popular de raíz
(valga la redundancia), que se encuentran, no están lejos: eso es súper
interesante.
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