EUGENIA RODRIGUEZ MORETTI: "VIOLETA NO ESCRIBÍA PARTITURAS: DIBUJABA Y PINTABA SUS COMPOSICIONES".
Por Matías Correa
La aplaudida concertista Eugenia Rodríguez Moretti me recibe en el espacio que tiene entre clase y clase. Fue reconocida este año por la revista Culto de La Tercera como "heroína de la música nacional"; ha viajado por medio oriente mostrando el acucioso trabajo desarrollado sobre la obra para guitarra de Violeta. Tenemos compañía en esta
entrevista: primero una alumna que a mi llegada acaba de terminar la última
interpretación en guitarra acompañada de partitura; más tarde, en medio de la entrevista, llega un segundo alumno que se une como espectador al animado diálogo que
tenemos acompañados de café en la mesa.
Con su disco del 2016, “La Otra Guitarra de Violeta Parra”,
Eugenia ha profundizado como pocos en el lenguaje musical de las obras para
guitarra de Violeta. Indescriptibles interpretaciones de las anticuecas, de “El
Joven Sergio”, “Travesuras” y “El Pingüino”. En mayo de este año interpretó en
vivo, junto a la voz de Carolina Sotelo, una demoledora versión de “El Gavilán”,
en Espacio Estravagario de la Fundación Neruda. Esto durante “UltraVioleta”, un
conversatorio con música en vivo que realizamos, junto a Eugenia y al premiado
folclorista Horacio Poblete, para acercarnos a nuestra fundamental creadora.
Eugenia ha sido gran maestra y guía en esta investigación
sobre Parra. Varias conversaciones casuales con ella han servido de guía,
abierto caminos y nuevas dimensiones para la comprensión de su legado y sentido
profundo. Sobre la mesa, junto al café, está el libro “Violeta Parra. Tres
Discos Autorales”
.
ESTE ES EL LIBRO DE JUAN PABLO GONZALEZ QUE HIZO JUNTO A
JUAN ANTONIO CHICORIA SANCHEZ Y FERNANDO CARRASCO.
…conocido como “El Huaso”, de los Quila.
TU ME DECÍAS QUE AQUÍ ESTÁ LA VERDADERA VERSIÓN DE GRACIAS A
LA VIDA, ¿CÓMO ES ESO?
Porque, si tu escuchas las versiones que se hicieron, se
hicieron miles de versiones para el centenario, todas estaban cuadraditas: Gracias a la vida, que me ha dado tanto
(va cantando y contando la métrica) y todo el rato igual. Además la partitura,
no se sabían ni la letra. Además la interpretación de Violeta nunca dice la
palabra “gracias” de igual forma. El rubato que maneja es de una riqueza
increíble.
Entonces, yo estuve trabajando mucho en hacer mi adaptación
a la guitarra del verdadero “Gracias a la vida”; y no terminé, no alcancé a
terminarla. Lo toqué así, cuadradita no más, en otros lados, porque la gente lo
quiere escuchar. Pero Juan Antonio Sánchez junto con Juan Pablo González y Fernando
se dieron el trabajo y está escrita la partitura tal como la canta la Violeta.
Con todos los rubatos de la Violeta. Eso significa: doble puntillo, punto,
ligado; todo de tal forma que está reflejado el rubato de la Violeta en la
partitura.
¿QUÉ ES EL RUBATO?
El rubato es cuando tu le robas tiempo a una nota y se la
das a la otra. Por ejemplo: si yo canto “Gracias a la vida” así, cuadradito,
es: Gracias a la vida… incluso ahí ya
tiene uno que es innegable. Porque si tu lo cuadras. Pensando que el 6/8 es
compás binario, que tiene dos ejes que son las negras con punto: cae en la
primera negra con punto, en el acento. Eso se escribiría en la sílaba “vi” en
la última corchea del compás anterior lígada a la primera corchea del compás
siguiente. En el “que me ha dado TAN – to” el acento está en la tercera corchea
del 6/8, no en la cuarta que es donde debería ser.
Y ESE TIPO DE DETALLES ¿DE DONDE PROVIENEN?
La música está al servicio del texto, efectivamente. Así
como yo digo que a la Violeta hay que tocarla con los ojos, escucharla con los
ojos. Porque hay que escuchar el relato. Porque para Violeta siempre fue más
importante el relato que el arte. El arte para ella era una herramienta para
comunicar. Ella era principalmente comunicadora: cada puntada que daba en sus
arpilleras, cada nota que tocaba en su guitarra, cada canción que cantó, no
tuvo otro sentido de ser que comunicar la voz de los sin voz. La voz del campo,
la voz de los desposeídos, la voz de los marginados. Toda su obra debe ser
vista desde el relato, desde el contenido.
Si bien ella tenía la artesanía, el oficio, el virtuosismo
de manejar la palabra… de colocar la palabra perfecta en el giro melódico
perfecto, normalmente su acentuación coincide con la acentuación métrica de la
música. Existen casos en los que tiene que decir, por ejemplo, fogon en vez de fogón. Pero, si tu analizas la métrica de “Gracias a la vida”, los
acentos líricos corresponden a los acentos musicales sin distorsionar la
palabra. Y esos acentos no van en el tiempo fuerte. Ahí es donde ella ponía la
música al servicio del texto.
CUÉNTAME DE TU DISCO Y DEL VIAJE QUE HICISTE PARA
PRESENTARLO.
Este disco se ha presentado en Chile, en gran parte de las
regiones de Chile, y efectivamente lo presenté en El Cairo, en Egipto, en Amal,
en Jordania y en Palestina, en los territorios de Palestina: en Ramala, en
Belén y en el mismo Jerusalén. Pero solo en territorios Palestinos, no en los
territorios ocupados.
¿POR QUÉ MOSTRÁRSELO A ESE PÚBLICO EN ESPECIAL?
No lo decidí yo, eso fue lo más curioso. Yo creo que se
cumple la ley de atracción nada más: pero ni siquiera de mi, yo creo que de
Violeta. Porque me ha tocado llevar ese material a un pueblo con el que Violeta
habría estado… Habría sido una activista de la causa Palestina.
Yo había hecho un proyecto para llevarlo a Estados Unidos,
Japón, Francia, que todavía está ahí pero no gané el proyecto. Fíjate que al
siguiente año la embajada de Jordania se contactó con la DIRAC para pedirles
que le recomendaran un proyecto para llevar. Y por alguna razón la DIRAC, pese
a que el proyecto había quedado fuera, recomendaron mi proyecto. Fue una
oportunidad extraordinaria, como te digo nunca me lo imaginé, no lo pensé. No
me habría atrevido ni a pensarlo.
Además de los conciertos, fueron clases magistrales en el
conservatorio de El Cairo. Estuve con los guitarristas y los músicos de música
árabe. Porque allá la gran parte de los conservatorios son de música árabe.
Además en Belén estuve en el conservatorio de música árabe de Belén, y en
Palestina se hicieron más conciertos por la limitación de desplazamiento que
hay. Porque los territorios ocupados tienen la característica de que tu no
sabes si el israelí te va a dejar cruzar la calle. De hecho el día que di mi
concierto en Ramala mucha gente no pudo llegar y esa gente después se desplazó
al que di en Jerusalén. Ahí toqué en un centro que funciona con la Fundación
Barenboin Said, el director de orquesta Barenboin que es de origen judío y Said
es el filósofo contemporáneo más importante del mundo árabe. Y ellos, en vida
porque Said ya falleció, hicieron esta alianza por la paz. Que no ha servido de
nada porque allá nada ha servido para disminuir el abuso.
Y me pasó que me fui para allá lo más informada posible:
trabajé con las tres embajadas acá. Hicimos el doblaje al árabe del documental
que hicimos de La Otra Guitarra de Violeta Parra… ¡y nunca nos imaginamos! Si
cuando estábamos haciendo eso yo estaba postulando. Por eso hablo de Japón, de
Francia, yo tenía todas estas invitaciones. No resultó pero era porque el
destino me tenía la misión… y ni siquiera yo hablo de mostrar mi disco. No: es
dar a conocer las composiciones, la guitarra sola de Violeta Parra; dar a
conocer lo que no se conoce de Violeta. El disco es una herramienta para un
fin.
¿SE CONOCE VIOLETA ALLÁ?
Nos pasaron cosas increíbles. Tu sabes que hay versiones del
“Gracias a la vida”, hay una versión muy linda que se grabó en árabe, que es la
más conocida allá, pero que el texto corresponde a un poema de Darwish, que es
el poeta más importante de la resistencia palestina. Esa es la versión más
conocida del “Gracias a la vida”.
Acá en Chile la comunidad palestina ha hecho versiones con
la letra traducida al árabe. Específicamente en Belén que hay muchas familias
que están vinculadas con la comunidad palestina residente en Chile. Ahí, me
pasó que toda… toqué en la capilla de Las Cruzadas, que está a dos cuadras de
Iglesia de la Natividad: donde nació Jesús, donde está el pesebre. A dos
cuadras está esta iglesia de San Francisco de Asís. Esa es la iglesia de San
Francisco de Asís, donde surgió toda esta congregación. Ahí San Francisco de
Asís partió con la tradición de los pesebres. Dicen que de las cosas más
maravillosas es ir a Belén en navidad.
Toqué en esa iglesia y uno de los curas franciscanos, que
estaban ahí, se acercó al final del concierto y me dice: “Gracias por haber
tocado esta música: yo creía que conocía toda la música de Violeta, toda la
obra de Violeta, pero esto nunca lo había escuchado”. ¡Y ese era el objetivo!
Porque obviamente la gente esperaba que tocara “Volver a los 17” y “Gracias a
la vida”, bueno: hice adaptaciones y las metía porque el embajador, ponte tu,
de… no me acuerdo si fue el de Palestina o de Jordania, lo único que quería era
que yo tocara “Volver a los 17”. Así que le hice una adaptación, se la dediqué
y se la toqué. Pero no era en absoluto mi finalidad. Y al terminar el
concierto, nosotros poníamos una grabación de Violeta Parra cantando “Gracias a
la vida” y con la traducción en inglés.
El tema de la traducción fue super importante. Fue la
secretaria de la embajada de Jordania la que hizo el doblaje del video
promocional, creo que el video se llama “La Otra Guitarra de Violeta Parra en
Árabe”, algo así. Ese video, con el
doblaje en árabe y subtitulado en inglés, se pasaba al partir una clase
magistral o cualquier actividad.
Si tu interpretas la música de Violeta, lo que tienes que
hacer es contextualizarla. Tú no puedes ir y tocar las piezas para guitarra
sola sin apelar a la Violeta plástica, por ejemplo; a la Violeta revolucionaria,
a la Violeta filósofa, a la pensadora, a la literata. Ella hizo carne muchas
disciplinas artísticas que trascienden la música.
SE HIZO UN CONCURSO A FINAL DEL LOS ’90, UN JURADO DE
NOTABLES ELIGE A “GRACIAS A LAS VIDA” COMO LA CANCIÓN MÁS IMPORTANTE DEL SIGLO
XX EN CHILE. ¿POR QUÉ TIENE ESE LUGAR EN EL INCONSCIENTE COLECTIVO?
Porque cuando el arte trasciende es porque es verdaderamente
arte. El tema es que no podemos desentrañar la verdad del arte. Porque la
verdad es única. Y se plasma en una perfección. Podemos analizar lo que yo te
decía: la selección de las palabras son perfectas. Lo mismo dice su hermano
Roberto en el Viola Chilensis: “Yo no sé como encontraba las palabras para
ponerlas tan precisas, tan perfectas”.
Efectivamente, tu te pones a revisar... ¡Y está perfecto! Ninguna otra
palabra podía ir ahí. Acuérdate que cuando Vicente Bianchi puso música a los
poemas de Pablo Neruda, de la historia de Chile, cuando estaba haciendo la de
Manuel Rodríguez, tuvo que ir a hablar con Neruda para que le cambiara el
poema. Porque no había forma de que comulgara en esa determinada parte la letra
con la música. Porque ese es un virtuosismo, es un arte, un oficio que solo
algunos tienen. Fíjate en cualquier canción: están llenas de palabras que se
les cambia la acentuación. O palabras que no representan exactamente lo que
quería decir el autor, pero fue la que encontró que le calzaba la música. Pero
en “Gracias a la vida” todas son perfectas. Y esa perfección es una verdad, que
es la verdad del arte.
Uno puede buscar muchas razones. Además de ser una obra de
arte tu no la puedes dividir: una de las cosas que sucede mucho: ya vamos a
hacer el “Gracias a la vida” y hacen dos estrofas y listo. ¿Y por qué hiciste
dos estrofas? No, porque es la misma melodía, es lo mismo todo el rato… no, ¡es
que ninguna estrofa Violeta la canta igual! Bueno, hay tantos casos en la
interpretación en la música popular que se da. Es como escuchar a Manzanero
haciendo su repertorio: boleros, música romántica y un artista contemporáneo,
Luis Miguel: él hace sonsonete, pero Manzanero hace carne la música: escucha
todas las frases, nunca te la dice igual. Eso significa que el discurso está
dicho con sentimiento, como cuando hablamos: la intencionalidad… y eso es lo
que se pierde. Porque la partitura te encarcela la música.
Yo me estudié las 57 páginas del libro, más las 20 páginas
del “Gavilán”, pero resulta que no sonaba la Violeta. La partitura es una
maqueta, porque es un pálido reflejo del arte. Tu te pones a tocarla pero no…
si esto está mál escrito: “Travesura”, ayer estuvimos viendo ese tema y el
“Gavilán”. Por ejemplo, para “Travesura”... (dice tomando la guitarra un momento para tocar y mostrar la composición).
¡ALTIRO CAMBIA DE ESCALA!
Claro, ese fa sostenido lo saca de las mismas posiciones, lo
usa en función de que es la sensible de sol. ¡Pero a ella le daba lo mismo! Lo
usa porque le sonaba bonito.
Tu escuchas su
versión…. Yo al principio lo tocaba ciñéndome
a la partitura, pero ella lo toca con otra respiración. Pero cuando lo
cuadraron para escribirlo les calzaba mejor. Porque queda atravesado y al
tiempo siguiente te queda con el pie arriba. Ahí es donde uno tiene que dar
gracias por tener la grabación. Una vez que me estudié la partitura, la
partitura la eché al closet y de ahí para adelante. Me demoré mucho en
grabarla, la grabé dos veces.
¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES DESAFÍOS QUE PLANTEA EL
REPERTORIO DE GUITARRA DE VIOLETA?
Cantar con el instrumento. Identificar los acentos. Por
ejemplo, hay momentos en que ella los retrotrae como un gesto aprensivo. Como
cuando se te acaba el aire. O de pronto los anticipa, es ansioso. Eso es
cantar, ponerle el relato. A momentos como que se le acabara el aire, como con
el resuello o habla tomando el aire. Mira todos los estacatos que tiene. ¡Nada
de esto está en la partitura! El músico tiene que encontrarlo. En la partitura
no está la Violeta, eso es lo que me pasó. ¡Por eso tuve que grabar el disco de
nuevo!
¿CÓMO UNA PERSONA, QUE SE SUPONE, NO TIENE UNA FORMACIÓN
ACADÉMICA, LLEGA A ESE NIVEL DE PROFUNDIDAD EN SU TRABAJO?
Pitágoras, Aristóteles no fueron a la universidad. Sin
embargo quizás les darían un post doctorado honorífico ahora. Porque su
universidad fue el campo, su escuela fue el pueblo. Ella estudió mucho más que
muchos han hecho post doctorado. Porque la rigurosidad de su trabajo, que se
manifiesta en todas las disciplinas que ella practicó. Esa rigurosidad, la
capacidad de retener todo lo que hizo ella en sus recopilaciones; la forma
verdadera, la manera impecable en que ella reproducía después lo que le habían
enseñado las cantoras. Ella no metía mano, ella respetaba. Y para poder hacer
algo tal como es se necesita mucho trabajo. Para encontrar la esencia del arte
tienes que ser un papel en blanco.
¿DESDE EL MUNDO ACADÉMICO, DEL QUE FORMAS PARTE, IMAGINO QUE
LA MIRADA SOBRE LA VIOLETA HA IDO CAMBIANDO?
Absolutamente. La verdad es que debo confesarte: cuando yo
me estudié este repertorio fue una obligación que yo misma me impuse porque
como guitarrista y como mujer sentía que estaba en deuda con la Violeta.
Intuía. Pero cuando me puse a trabajar con su material fue como que siempre
había nadado y me puse a bucear y descubrí que bajo el mar habían algas, habían
peces, había basura… ¡había de todo! Entonces se me reveló el personaje
completo y fue un trabajo que a mí me hizo crecer mucho como músico, como
artista, como mujer, conocer su verdadera historia. Y creo que ahora después de
haber descubierto esta forma de interpretar a Violeta yo ya nada lo interpreto
igual. Fue un cambio muy fuerte en mí como mujer, como profesional, como
artista. Ya no concibo subirme al escenario sin tener algo que comunicar, sin
un relato. Lo que yo ponga arriba del escenario tiene que tener una
contextualización, un sentido, más allá de entretener la oreja.
EL ARTE EN SU DIMENSIÓN POLÍTICA
Es que el arte es político. Que no sea ejercido el oficio
del arte como política por muchos artistas ya es otra cosa. Lo que sucede es
que el arte, la música, tiene la capacidad de despertar todas las zonas del
cerebro. La única disciplina artística que tiene esa capacidad. La neurociencia
ha hecho las investigaciones correspondientes: te ponen electrodos, todo eso.
Es la única disciplina que enciende todas las ampolletas. Entonces cuando tú
tienes un público al que le vas a encender todas las ampolletas tienes la
oportunidad de entregarle el mensaje que tú quieras. Si hay un ser humano que
tiene la oportunidad y la responsabilidad de aportar a que esta sociedad no se
siga deteriorando y ojalá pueda ser un poco mejor, son los artistas. Arriba del
escenario uno tiene esa oportunidad: de cautivarlos y de darle una semilla: un granito de arena
de lo que no recibe la gente de los medios de comunicación.
EL TRABAJO DE COMPOSICIÓN DE LA VIOLETA PARA LAS PIEZAS DE
GUITARRA SON COMPLEJAS. ¿QUÉ NUEVOS APORTES ELLA HACE A LA MÚSICA A NIVEL
ARMÓNICO Y MELÓDICO?
Es bien interesante hacer el análisis, te recomiendo revisar
el análisis completo de Olivia Concha. Es un trabajo que vale la pena tomarlo
en cuenta. Ella hace el análisis tema por tema, describiendo cada uno de los
elementos de los recursos rítmicos, recursos armónicos que utilizó Violeta en
este repertorio. Se publicó hace mucho tiempo en la revista Música Chilena.
Para mí fue de gran ayuda.
Fíjate que la Violeta… no es tan complejo lo que ella hace.
Ella juega. La Anticueca N°5, yo siempre digo: es un Re 7. Lo va cambiando de
posición, le pone un relato, cambia de humor el personaje, se salta un tiempo:
porque cuando uno habla así medio atropellado como que se salta las palabras,
las sílabas; después mete otro personaje, con dodecafonismo, semitonos, con
nota pedal. ¡Schubert! Porque… la escala dodecafónica ¡la recorre entera!
Entonces el dodecafonismo, la escala por tono, todos los modos.
Los acordes con novena. La N° 1. Cuándo habías visto, en el
folclore, en el campo, un acorde con novena. Un día se levantó y lo descubrió y
dijo… “hay, me gustó esta cosa”. Es todo un poema con el mismo acorde.
Villalobos lo hace. Y para los que dicen que Violeta no ocupaba el anular.
¿Cómo lo hace? ¿Y a esa velocidad? Y ya no son las notas, es el fondo, es un
tapiz. Después cambia de material.
ES MUY VANGUARDISTA
¡Claro! Porque ella dejaba volar la imaginación con los
pocos elementos que tenía. Ella se dio cuenta que no tenía tantos elementos y
fue a golpearle la puerta a Liliana Perez Corey, mi profesora, para que le
hiciera clases en el conservatorio.
¿LE HIZO CLASES?
Liliana Perez Corey creo que tuvo un momento de lucidez en
su vida: no sabía quién era esta mujer medio chascona que llegó un día a
golpearle la puerta. Pero ella a todo el mundo lo escuchaba. Entonces era
típico de ella: le dijo “toque”. Y la Violeta se puso a tocar estas cosas y la
señora Liliana le dijo… Lo sé por la misma señora Liliana, ella me contó. Que
había llegado la Violeta y que ella no sabía muy bien quien era pero que
después que la escuchó le había dicho que no: “que mejor siguiera sola no más.
Porque si ella le empezaba a enseñar iba a desviar su camino”. ¡Menos mal que
no le hizo clases la señora Liliana! Yo creo que en esa época no existía el
profesor...
El que le ayudo mucho fue Don Miguel Letelier Valdés, premio
nacional de música, porque ella como no escribía hacía unos monos. Él hizo una
versión del “Gavilán”.
Los que transcribieron esto fue Mauricio Valdebenito,
Rodrigo Torres, Olivia Concha y Rodolfo Norambuena. Con Rodolfo éramos del
mismo curso de análisis con Juan Pablo González. Ellos fueron los que se dieron
la pega de transcribir. Don Miguel hizo solo una transcripción del “Gavilán” y
Gastón Soublette hizo la transcripción de otros temas de la Violeta.
La primera vez que se transcribió a partitura algo de este
material fueron las polkas antiguas en el método de guitarra chilena que
publicamos con Enrique Caliski el año ’87. Ahí fue la primera vez que apareció
una de estas piezas transcrita para guitarra. En ese libro también hay varios
temas en que hicimos la transcripción de tal como los hacia la Violeta y fue
mucho trabajo, porque nos quedaban compases con 1 tiempo o compases con 1
tiempo de más; porque no es que uno desde la academia tenga que ir a enseñarle a
la Violeta que eso está mal. “No, eso está cuadrado, le sobra un tiempo
Violeta: usted tiene que ir a teoría al conservatorio”. No, si en el conservatorio se mata la verdad
de la música: porque todo se transforma en reglas, en normas. Que te hacen clases
músicos que hace mucho tiempo que dejaron de hacer música y están metidos en
una sala de clases sin vivir la música. La Violeta afortunadamente no entró en
ese juego.
Don Miguel fue un poco eso, él la ayudaba y él me dijo como
le explicaba a Violeta: “Mire Violeta, cuando usted está haciendo un tema tiene
que pensar que es como una casa: la casa tiene una puerta, usted entra por la
puerta, llega al living. Después puede pasar al comedor, al dormitorio, sigue
una ruta y cuando se va de la casa sale por la puerta”. Por eso todas las
anticuecas tienen reposición, les puso al final el tema inicial.
Él le ayudo y me contaba que la Violeta dibujaba los temas.
O sea su música su música era visual. Y lo que escribía tenía colores y tenía
música. Es la sinestesia hecha artista. ¿Cómo lo hizo? Yo creo que tenía su
glándula pineal abierta y tenía conección con su ADN, porque el ADN trae
información. Recién están descubriendo lo del ADN, además se está descubriendo
que nosotros podemos modificar nuestro ADN en el camino. El ADN es modificable
y se modifica en la ruta de la vida del hombre, del ser humano. Pero además
viene cargado de información. Yo creo que ella era un ser que tenía una
percepción mucho más desarrollada que los seres normales. También parte de eso
puede ser la bipolaridad que sufría.
¿POR QUÉ DICES QUE TENÍA BIPOLARIDAD?
Entiendo que ya la han analizado el caso. Me lo han ido
ratificando en conversación con psicólogos, hablan de la biporalidad de
Violeta. Yo pienso siempre que esa bipolaridad puede venir asociada a la misma
mutación que le permitió ser tan genial. Porque, patologías como el déficit
atencional o el trastorno obsesivo compulsivo se dan mucho en casos que son
demasiado geniales: como Leonardo Da Vinci. Casos así que les han hecho
diagnóstico después de muchos siglos. Pero yo entiendo que esa anormalidad
tiene que ver con el genio, porque el genio no es normal que se dé. Son muchos
factores. Cirilo Vila, compositor, fue nuestro profesor. Preguntale a Juan
Pablo Gonzalez lo que fue Cirilo Vila para él, a Rodolfo Norambuena. Yo seguía
metiéndome a la sala de él a pesar de que iba avanzando de curso. ¡Era un caso
extraordinario! Era un hombre que cuando estabas en su clase simplemente no te
ibas, porque cada clase era una experiencia.
¡TE DESIGNARON COMO HEROÍNA DE LA MÚSICA NACIONAL EN LA REVISTA CULTO DE LA TERCERA!
¡Si! Fue super sorprendente. Fue un tiempo en que una
plataforma internacional de mujeres me hizo una publicación también.
¿QUÉ TE PASÓ CUANDO OCURRIÓ?
¡Me sorprendió! Mucho. Y lo atribuí a dos razones: al
concurso nacional de guitarra y a la Violeta. O sea: ¡no soy yo la heroína!
Porque el trabajo que hice con la Violeta es en realidad un trabajo de
difusión, como una misión que uno tiene… ¡pero me sorprendió muchísimo! Y, la
verdad, es que debo confesarte, es que me hizo muy bien porque el medio es muy
masculino. Yo he sufrido la marginación por parte de los hombres, he tenido
menos oportunidades que los hombres. Estoy convencida de que si hubiera nacido
hombre habría tenido otra historia artística, pero también estoy convencida de
que las cosas son como tienen que ser no más.
¿ESO TAMBIÉN LE HABRÍA PASADO A LA VIOLETA?
¡Absolutamente! Porque ella tenía varios pecados,
básicamente dos: era mujer y era pobre. Con esas dos características no tenía que
haber llegado nada más que a lavar los platos y a lavarle la ropa al marido.
Pero ella tenía un genio, y ese genio es como un mandato divino. Tenía que
hacer lo que tenía que hacer. Y ella era hiperactiva: yo creo que estaba
bordando, estaba haciendo una canción y pensando en que material iba a buscar
para hacer lo próximo, no podía estar tranquila, sus manos no podían estar
quietas. Eso es un déficit atencional. Igual que me llamó mucho la atención,
Leonardo Da Vinci… ¿no sé si has visto los libros, los apuntes de Leonardo Da
Vinci, que escribía al revés? Por la mitad aparecía la lista de las compras que
tenía que hacer. Entonces su mente estaba en todo. Ella lavaba la ropa,
cocinaba a sus cabros chicos, le daba comida al gallo que andaba cantando…
¿Tu sabes la historia del gallo? El gallo que está en mi
delantal. En mi delantal hicimos un trabajo plástico con dos artistas. Ese
gallo que andaba arriba de la mesa y que se comía las pepas de sandía de la
Violeta. Donde la Violeta tocaba y tenía la arpillera… entonces ella sola era
un mundo. ¡Disperso total!
Cuando se registro la declamación de la “Defensa de Violeta
Parra”, declamada por Nicanor Parra, Violeta lo acompaña interpretando el Tema
Libre N° 2, ¡muy libremente! Yendo al servicio del texto. En el momento en que
viene “y la cueca valseada… y la cueca punteada” en el texto coinciden con la
guitarra, eso es del tema libre N° 2. Yo lo descubrí por casualidad que calzaba
texto y música ensayándolo conla actriz en El Cairo. Y dije ¡Mira! ¡Nos
resultó! Justo ahí salió la cueca… y no po, si es así: es perfecto. ¡Perfecto!
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